El papel de la IO en la crisis de COVID-19

Durante la crisis sanitaria, el IoT ha desarrollado un papel principal en varias industrias que han utilizado estas tecnologías para mantener sus operaciones normales.

Ciberseguridad
Escrito por:
Juan Pérez-Bedmar
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La crisis sanitaria COVID-19 ha obligado a cambiar radicalmente el mundo en el que vivimos. No sólo a nivel personal y social, sino también en muchos otros aspectos como los sistemas de salud, la política, el trabajo, la economía y, especialmente, la tecnología. COVID-19 ha acelerado la forma en que manejamos la información, las comunicaciones y nuestra forma de trabajar. Los cambios previstos para los próximos 5 años se completaron en apenas unas semanas tras el estallido de la crisis.

Al principio de la crisis, las empresas empezaron a ser conscientes de la importancia de la digitalización y empezaron a tomar rápidamente decisiones y a emprender acciones. Se dieron cuenta de que la conexión de determinados activos y el uso de ciertas tecnologías eran clave para la continuidad de su propio negocio.

En particular, esta crisis sanitaria ha fomentado el trabajo a distancia, y ha convertido lo que era un vago plan de futuro para las empresas en una realidad para la mayoría de ellas en cuestión de semanas. Las oficinas en casa han pasado del 20% a casi el 100% en un tiempo récord, transformando las empresas, las oficinas, los procesos y, en general, nuestra forma de trabajar. Internet es más relevante que nunca.

El IoT (Internet de las Cosas), por ejemplo, proporcionó las condiciones ideales para que los trabajadores de la oficina en casa pudieran adaptarse no solo durante la pandemia, sino también en esta "nueva normalidad" posterior al COVID-19.

El trabajo a distancia ha supuesto una importante dinamización del mundo digital, con un sinfín de ventajas como la flexibilidad para los trabajadores, el aumento de la productividad y la reducción de gastos para las empresas. Por estas razones, el trabajo a distancia ha llegado para quedarse. Según un informe de Gartner, es muy probable que el 41% de los empleados siga trabajando a distancia, al menos una parte de su tiempo, frente al 30% que lo hacía antes de que llegara a nuestras vidas.

Algunos ejemplos de IoT en la era COVID-19

El IoT ha desarrollado un papel principal en muchas industrias durante la crisis sanitaria. Sectores como la fabricación, la atención médica, las cadenas de suministro y los gobiernos, han aprovechado el IoT para facilitar el trabajo a distancia.

En las fábricas, por ejemplo, el IoT permite a los equipos hacer su trabajo desde lugares distribuidos. Cuando los técnicos no pueden trabajar in situ, pueden seguir manteniendo su negocio en funcionamiento gracias a las herramientas de supervisión y gestión remotas. Estas soluciones utilizan sensores y dispositivos IoT para, por ejemplo, detectar y enviar notificaciones cuando las máquinas tienen paradas inesperadas o para medir la productividad. Los sensores IIoT (Industrial IoT) pueden ofrecer información sobre el estado de una máquina en tiempo real y detectar vibraciones que puedan indicar un mal funcionamiento.

Otro ejemplo es cómo el uso de las tecnologías IoT permite a los gobiernos vigilar y controlar el distanciamiento social y rastrear los contactos para evitar la propagación del virus. Asimismo, los dispositivos con tecnología IoT permiten hacer un seguimiento del COVID-19 a través de termómetros conectados que ofrecen orientación a las personas sobre si deben buscar asistencia médica.

La ciberseguridad, clave en el uso del IoT

A pesar de los muchos aspectos positivos que el IoT ha aportado a esta "nueva normalidad", como el ahorro de tiempo y costes para las empresas, el uso de estas tecnologías también ha implicado nuevos retos. Han aparecido nuevas técnicas de ciberataque, ya que los ciberdelincuentes aprovechan cada nueva situación, especialmente las de mayor vulnerabilidad. La seguridad solía estar más relacionada con el mundo físico, pero ahora se ha trasladado repentinamente al digital. El trabajo a distancia utiliza nuevos canales de comunicación y muchas más aplicaciones basadas en la nube. Estamos más conectados que nunca y por eso somos más vulnerables a las brechas de seguridad en las empresas.

Además, es importante destacar que el 90% del sector profesional en España está formado por pymes, que probablemente nunca han realizado grandes inversiones en ciberseguridad. Se han convertido en un objetivo fácil para los ciberdelincuentes y han sufrido robos de información (ransomware), phishing o daños en sus infraestructuras.

Varios estudios apuntan a un aumento del 71% de los ciberataques desde el inicio de la crisis sanitaria, con un incremento del 55% en los ataques de phishing y del 32% en los de malware.

De este modo, las empresas que utilizan dispositivos IoT para facilitar la "nueva normalidad" a sus empleados, pero también deben desarrollar marcos para adquirir, implementar, asegurar y supervisar sus soluciones IoT para minimizar la exposición a los ciberdelincuentes.

Ahora más que nunca, es importante utilizar herramientas diseñadas para actuar como barrera contra las amenazas de ciberseguridad. Los despliegues seguros de IoT ayudarán a reducir esos riesgos. También hay otras medidas que una empresa puede tomar, como contar con un responsable de ciberseguridad en su equipo, contratar auditorías de seguridad y educar a los empleados, que suelen ser el eslabón más débil de la cadena de seguridad, en el manejo seguro de la información y en el uso sensato de las comunicaciones electrónicas.

Aquellas empresas que sí apostaron por la digitalización y la innovación unida a la monitorización y control remoto de sus activos han encontrado ahora una oportunidad de seguir creciendo tras la crisis con un impacto mucho menor en sus operaciones.